Este desconsuelo de sentir el barro bajo mis pies y el
precario equilibrio que me sostiene, pura fuerza de voluntad que se va secando
como el rocío después del amanecer.
Extenuada por la sensación de impotencia en la que la noche
atrae gritos en minuciosos silencios, ese silencio vacío y hueco llenado del
zumbido de la sangre que se amplifica en el oído, no consigo rellenar espacios
que alteran mi ya precario sentido común, las manos que hacen desaparecer el
poco ruido de una televisión antigua son los mismos que de forma nada sutil en
ese silencio que lo envuelve todo se dan placer, puro onanismo mal escondido.
Si pudiese describir el agotamiento que siento… El placer de
la oscuridad absoluta me tienta cada vez mas, dejarme arrastrar por Morfeo, no
sentir nada mas, paz…
Carmen