martes, 31 de enero de 2017

Y si....



Y si nos miramos ahora, cuando la tarde va extendiendo su manto nocturno.
Y si nos resguardamos abrazados a su dulce descanso.
Y si nuestros dedos se enredan en su suave vaivén, que nos busca haciéndonos estremecer, derritiendo el hielo tanto tiempo instalado.
Y si la noche trae el día con suave lluvia que incita a seguir meciéndonos, mientras la luz de la chimenea hace brillar las copas de vino, con su perfecto color rojo dulce néctar que acaricia nuestras gargantas, la llama de la vela juega con su titilar tímido uniendo nuestras miradas, que con solo dos colores parezca un abanico de palabras no dichas, conociéndonos, saboreandonos, deleitándonos, transformando un par en uno.
La luz de nuestras sonrisas dará envidia al Sol que se ocultara tras las grises nubes, que llueva, somos felices mientras nuestros cuerpos dicen lo que con palabras es imposible, reviviendonos.
Y si dejamos atrás todo y comenzamos a ser uno y otro, nuestro propio infinito.

Carmen 


jueves, 26 de enero de 2017

La oscuridad del tiempo.



Pasa la vida tan rápido...
Ahora los recuerdos se recrudecen, entremezclan alegría y tristeza.
Recuerdos de noches en suave vela protegiendo pequeños sueños, alimentando esperanzas.
La tarde pasa lenta, a veces sobrevivimos de añoranzas de imágenes perdidas y desesperadamente codiciadas.
La envidia que me da el alba, que a pesar de su edad renueva el día pintando de malvas, rosas y ocres el amanecer,
Pesan los años tanto que duelen, me transformaría en manto para proteger, acabar con todo mal que pase y poder recuperar lo perdido.
El transcurrir del día transforma sentimientos y aun doliendo avanzas, suspiras naciendote del pecho, añoranzas en cortas respiraciones que asoman ayudando a sobrellevar el crepúsculo.
Cruzo los brazos abrigándome sin poder abrigar a mi alma gemela, nacer de nuevo y vivir con ella.
El tiempo tiene un alma oscura que impregna todo sin apenas curar nada.
Carmen.


domingo, 22 de enero de 2017

Sueños



La tranquilidad que refleja lo que tengo delante de mi nada tiene que ver con lo que en realidad siento, queriendo negar la realidad, ese falso alivio del paso de la vida ahora se queda en un vertiginoso y caótico temor.

Sentir el miedo es atroz, el futuro, que ahora debería ser consolidado, se vuelve hielo, hace que me resbale en dudas y pánico arraigando una cobardía como nunca antes.

Miro hacia el frente, el paisaje me deja hipnotizada, veo las preciosas nubes que oscilan entre el blanco más puro a un gris tormentoso, mientras, veo el Sol queriendo imponer su voluntad sin llegar a conseguirlo.
Bajando la vista, el pequeño mar, en un atrevido despliegue de su habilidad hace de espejo, a lo lejos se deja ver la plata pulida de las nubes más claras y un degradado fluido de grises hasta el oscuro que esta frente a mí, las barcas amarradas fuera del puerto se balancean suavemente rompiendo el argentado monótono dando color, el dulce tintineo de las barras de acero marcan un sonido relajante. La naturaleza corta la respiración.

Resignada llevo mis pasos donde me necesitan, miro la gente alrededor, la vida camina jugando con el tiempo y de vez en cuando regala paisajes para seguir soñando.

Algún día mi destino sera otro.

Carmen.


sábado, 21 de enero de 2017

Desde donde estoy...



Desde mi lugar, tras las tristes ventanas de un sitio donde curación y muerte se dan la mano, mirando a través de la vieja persiana de hierro, veo pasar la tarde de un domingo del mes de enero languidecer, acurrucándose hacia el Este deseando dar paso a una larga noche.
La teja roja viva de los tejados de las casas, las verdes copas de los arboles de los parques vecinos donde imagino que habrá niños jugando, adolescentes ocupando bancos, ancianos hablando de fútbol, o alguna pareja haciendo... lo que hacen las parejas.
Veo también pequeñas montañas que rodean la ciudad, son casi yermas con algún matiz verde que dan sensación de alivio de querer respirar, a lo lejos las altas torres de la catedral vigilan en silencio a sus paseantes que entran y salen de ella mientras escuchan el lamento majestuoso de el gran órgano.

Desde mi lugar siento mas alegría que tristeza, aunque esta sea poderosa, noto como algunas miradas que no pueden verse me observan colmandome de respeto y miedo.

Desde mi lugar veo el paso tranquilo de los coches imaginándome vidas, mientras la mía pasa monótona.

Desde mi lugar la noche se convierte en un suave ópalo negro tendiendo su manto, mientras las luces de la cuidad se muestran lejanas confundiéndose con estrellas, jugando con su suave tintineo de rojos y blancos de las luces de los coches, veo ventanas iluminadas haciendo vida, todo sigue.

Desde mi lugar deseo mas que nada conocerte y ser feliz haciéndome tu lugar.

Desde donde estoy...


...

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