jueves, 7 de octubre de 2010

Mujeres puente





¿Por qué, cuando ves que el amor te ha superado, no cruzamos ese rio imaginario del olvido y nos creamos nuestra propia vida?

¿Por qué, a pesar de estar en medio de ese rio, viéndote medio ahogada, no acabas nunca de cruzarlo?

¿Por qué, se hace cada vez mas cuesta arriba, si estamos a medio camino, te llegan recuerdos arrojándote hacia atrás de nuevo?

¿Por qué ese hombre te hace creer que eres única, cuando tiene muchas únicas enjauladas en su mente, solo abriendo esa jaula cuando a él le conviene, sin que una mujer enamorada pueda hacer nada?

¿Por qué no existe ese barquero que te refuerce, que te haga cruzar ese rio, fortaleciéndote, concediéndote tiempo para el desamor?

¿Por qué ese desamor se transforma tan perseverante, odiosamente insistente, inútilmente desamparado, insano e incoherente?

¿Por qué odias ver que ese antiguo amor es feliz, porque no se recapacita haciéndote tu misma a la idea de que has sido una mujer puente, alguien que un hombre necesitaba para subir su autoestima y que después es fácil deshacerse de ella?

¿Por qué esa cobardía, por que se usan esos puentes para sobrevivir y destruirlos después?

viernes, 13 de agosto de 2010

Hiedra




Sube la lluvia del suelo elevándome del fango, laboriosa tarea, pues mis pies siguen enredados en las raíces descompuestas que un día quise arrancar, adhiriéndose aun más a ellos.

Hiedra venenosa invadiendo mis venas furiosas de ira, derrotada de anhelos, correcciones de un presente de tramposo futuro.

Marcando la luz de la vela, la noche, impertérrita, hace sombras en la pared del blanco cielo de nieve, como si se burlase de mi inanimada capacidad de moverme, comunican cambios que preciso.

A diario, mi empeño se derrumba, no hay cambios, ni primaveras floridas, hay un otoño abrasado de hojas caídas, de rojos crepúsculos, de ramajes pobres, de nostalgias asumidas, de noches añoradas.

Cotidianamente, quiero el veneno de esas hiedras, susurros de una paz anhelada, mas siempre hay luciérnagas que me desprenden de ella, miradas que ahuyentan el veneno y afrutados besos de impagable calor.

Carmen

miércoles, 14 de julio de 2010

Bajo el cielo de Venecia.




No hay cercanías de amor, lo tuve en mis manos henchida de el, huyo, cubierto del calor del sol de julio, ahora gélido.

Duele este desamor huérfano, ese que es infinito, solo de uno, te envuelve en plástico dejándote al vacío, te aísla, succiona todo de ti, te tortura con recuerdos dorados a la luz de un castillo y te deja flotando en el foso.

En mi paraíso soñado el agua esta turbia, puentes suspirados de desamores suicidas, asesinos y ladrones.
Canalla tu imagen suspirando amor, cobardes las mascaras grotescas sonriéndome con sorna, falsas tus miradas indiferentes, las mías no engañaron, aun así, mirándote, creo que aun te amo.

Un día pasaré bajo ese puente, suspirante culpable de no poder olvidarte, cerraré los ojos escucharé el sonoro canto de una balada enamorada, suspiraré la palabra maldita, soñaré que mi cabeza reposa en tu hombro y volveré a secarme por dentro.

Espero paciente, espero tus lágrimas, bajo el cielo de Venecia.

domingo, 27 de junio de 2010

Preguntas



Me pregunto si me recuerdas. Si por un instante, el aroma de mi perfume, llega hacia a ti y en un lado casi olvidado de tu cerebro llega hacia a ti mi mirada haciéndote estremecer.

Me pregunto si en los besos que recibes, cierras los ojos y es mi boca a la que besas, si la lengua que acaricias con la tuya es tan suave como la mía, si de su boca sale tanto amor como recibías con mis besos.

Me pregunto si el tacto de su piel te excita tanto como te excitaba la mía, si el roce de sus dedos en tu piel, provocan tanto como lo hacían mis dedos incitándote a no querer parar hasta llegar al máximo placer.

Me pregunto si ella puede con solo una mirada hacerte olvidar como yo lo hacia, si cuando te miras ves tanto amor como había en mi mirada o solo un atisbo de complicidad seudo hermanada.

Me pregunto si te da amor de mujer, deseo, fuerza, o simplemente te cuida como cuida una madre a su hijo. Eres ciego si no ves lo que afirmo, que es puro amor maternal, necesitabas depender de alguien, necesitabas, no un verdadero amor, querías el apego negado tanto tiempo, el calor de una madre y eso que has conseguido, solo veo eso.

Si por un solo segundo te preguntas si aun te amo, date tú mismo un si por respuesta, no te olvido, te siento, no me escapo de tus recuerdos, aun te espero, tete, aun te espero.


Carmen

domingo, 4 de abril de 2010

LLÉVATELO


Llévate, las horas pariendo minutos, estos a su vez engendrando segundos, que resultan inútiles como un círculo cerrado.

Llévate las miradas, fantasmales, recuerdos que adornan mis ojos y no consiguen que esas paridoras se detengan, solo consiguen dañar aun mas mi ser enclavado en un pasado difícil de olvidar.

Llévate mis ojos, volver a ver tu mirada, tus labios, el dulce recuerdo de tu boca jugando con la mía dolorida, ver tus manos que ahora abrazan a otra persona y que en mi no dejaron de recorrer cada centímetro de mi piel con ellas, volver a verte me deja sin aliento y no consigo cerrar ese ciclo.

A veces, en ciertos momentos paridos fingí que quería tu felicidad, más, me mentía a mi misma, y no soy de necedades, no deseo tu felicidad, deseo que pases por una sola hora malpariendo minutos, como los estoy sufriendo yo por tu cobardía.

Llévate esos momentos aunque me impida a mi misma observar tu mirada, aun me pregunto, que absurdo, ¿me recordaras? Y es en esas horas malpariendo minutos engendrando segundos, cuando descubro que aun te espero, sé que malpariré minutos mi vida entera.

Llévatelo todo, anhelaría retroceder en el tiempo, no haberme enamorado, tendría que haber imaginado, que algo tan perfecto acabaría siendo una pesadilla.


miércoles, 20 de enero de 2010

La Moira



Como casi cada día, tu recuerdo viene a mi inesperado, como un rallo de sol en un frió día de enero.

La nostalgia se agarra a esas calles solitarias de mi corazón que parecen desérticas y reconozco arrodillada que aun sigues paseándote por ellas.

La lucha entre el deseo del olvido, volver a ver esas calles solitarias y sentir tu repetitiva y perpetua sombra caminando por ellas es como un anillo de fuego que quema mi piel por dentro.


Quiero un paréntesis, rellenar recovecos donde tú aparezcas, emparedarte entre muros de donde sea imposible que tu susurro llegue hacia mi recuerdo, y que quede en silencio entre esas paredes.

Lanzaría tus meses a un agujero negro, sin cuerda que la sujetase, simplemente que desapareciesen. La bella Moira que con buenas intenciones saco su pluma y te puso en mi destino, me cruzo en tu camino y mi ira también va encaminada hacia ella, aun sigue robándome años.

No sé si de esos muros volverás a salir cuando menos me lo espere, solo se que si vuelves, espero estar caminando por las Perseidas, sacar tu sombra cobarde de mis latidos y dejarte diluir entre ellas, esperando que no caigas en otro latido al que dañes por que alguien tan cobarde no sabe amar.

...

Contador

.

Traffic