sábado, 24 de septiembre de 2011

Realidades


A veces las lágrimas se vuelven orgullosas y no quieren salir, lagrimas que se vierten por dentro, que como el veneno, va pudriendo las venas dejándote sin sangre, deshaciendo ese liquido vital, haciendo que se seque el corazón.

Cuando ese corazón se deshace en polvo, en finas partículas casi invisibles bombean serrín, que se atasca en la garganta asfixiándote.

Hay llantos callados, quejidos mudos, corazones que se rompen en silenciosa agonía.

Hay margaritas que siempre dicen no, rosas sin la esencia de unas espinas dolorosas, necesario dolor, pinchazo de humildad que te devuelve a la realidad.

Hay amores que no se olvidan nunca, esos que están tan llenos de espinas que ni las orgullosas lagrimas logran secar.

Siempre hay una lágrima seca arrebatada a un corazón forjado en polvo.








1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encantan tus escritos.

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