Hubo una noche en mi vida, en la que saque de mi garganta,
clavos rotos de sabor a ron, esa noche cayo la luna menguante al oscuro negro
que ardía en mis ojos.
Trasladándome la luna menguante de nuestra primera noche,
nuestro primer beso, la caricia de tus manos, a mi amor que fue tu lacra y ya no hubo más noches.
Y esa noche quise que ser ciega arrancarme los ojos, y
maldiciendo tu felicidad mil veces, vi como la llevaba de lastre esa luna
menguante, cayendo en el pozo de tabaco y ron bebiendo conmigo.
Hubo una noche en mi vida, en la que el amor quedó tan mal
herido que no llegó a curar y aun hoy es un muerto viviente, que me golpea
recordándome que había más noches de ron y tabaco que de lunas menguantes y me
rindo ante el dolor, no dejo que entre nadie.
Y es ahora en el transcurso de esta pesada noche, escuchando
música que enamora cuando me doy cuenta de que echo de menos el amor, que tomo
conciencia de que jamás volverá, mi corazón se rinde, estoy cansada de pelear
por algo etéreo, que jamás se convertirá en sólido y me agota.
Hubo una noche en mi vida, que di mí amor sin protegerme,
maldigo cada día a mi alma por eso, no me calman las aceras azules que se
cruzan en el camino, son solo sombras de lo que añoro, hubo una noche en mi
vida que debería haber olvidado, pero sin lógica ninguna aun esta enganchada a
mi, y simplemente renuncio al amor.
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