viernes, 28 de noviembre de 2014

El sueño de una tarde de verano....




¿ Cuándo paso qué no me di cuenta?
Estamos en una casa de verano, frente a un campo de trigo dorado, moteado del rojo vivo de alguna amapola coqueta que se niega a dar todo el protagonismo al cereal.

Meciéndose por una suave brisa que trae el olor inconfundible del verano, a campo, a cereal, a tomillo, a lavanda, a cardo, mezclándose con el aroma a café que otros amigos están repartiendo.

Desde el porche sentada en un arcón antiguo redecorado con unos mullidos cojines, la suave voz de John Legend, de fondo hace la tarde romántica. Te miro y me parece increíble, observo como sigues una conversación, la verdad es que no se de que habláis, miro tus gestos como hipnotizada, veo como mueves las manos grandes y elegantes, tu reloj va y viene jugando en tu muñeca, miro hacia tu cara alguien ha dicho algo, te concentras  para buscar la contestación y aparece ese gesto tuyo, serio que me altera y aparecen las ya habituales mariposas en mi estomago, en tu frente aparece esa arruga que se forma cuando piensas en algo, tu ojos de un profundo verde botella se cierran y se que tienes la respuesta cuando los abres y tu boca se mueve en una chulesca sonrisa de medio lado, contestas y la contestación de unos de nuestros amigos hace que te rías, entonces el mundo parece girar a distinta velocidad ¡ohhh Dios! tu risa, rítmica, sensual, profunda, es increíble como me gusta ese sonido.
Y deben ser mis ojos que no dejan de mirarte, mi razón se escapo a jugar entre el trigo y las amapolas, creo que cuando escuche tu risa, pero mi mirada se cruza con la tuya y noto que la Tierra se ha parado, tus ojos alegres se dulcifican y en tu boca aparece esa sonrisa que reservas solo para mi, en tu mejilla izquierda aparece un hoyuelo y yo dejo de respirar.
Siento que a lo lejos suena All of Me te levantas con elegancia del sillón, tu altura no te hace menos elegante, tu mirada no deja que la mía te abandone mientras te acercas hacia mi. No importan los demás, no importa nada, solo tu y yo, coges mi mano y en segundos la llevas hacia tu boca besándome los nudillos, yo suspiro y sonrío, no es un sueño, no lo es.
Haces que me levante y apoyando mi mejilla en tu pecho siento como hueles mi pelo y das un suave beso en mi cabeza, solo escucho la música, los latidos de tu corazón y un te quiero mientras bailamos, y yo vuelvo a respirar, sé que estoy enamorada.
¿Qué cuándo pasó?
Creo que a los dos segundos de aparecer en mi vida.



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